domingo, 30 de junio de 2013

Pero qué diferencia hay,
si de la conciencia no nos podemos librar.
Esa guía innata y leal, que vos bien sabes 
no siempre podemos respetar, no siempre podemos.
Y hoy debe ser la tuya, mi peor enemiga, 
la que te echa la culpa 
por no saber aguantar tus ganas y las mías
de parpadear una vez más.
Vos no te preocupes que yo voy a intentar 
que pegue media vuelta y patee para allá.
Sé que no es irreversible este proceso, 
pero no quiero que vaya hacia atrás... 
Yo por ateo y racional, no tengo a quien rogarle.
Vos tan insegura que queres cambiar de vida.
Yo, de la esperanza un mal amigo 
y vos, tan frágil como aquella hojita que me pediste que guarde...



(¡cómo me gusta esta versión, me llena el alma
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